Fuentes cercanas a las negociaciones aseguran que en diciembre, en plena fase de elaboración, varios representantes del Ministerio de Industria mantuvieron una reunión con una veintena de titulares de las principales compañías de fabricación (Anfac) y la patronal de los concesionarios (Faconauto). La delegación del gabinete de Miguel Sebastián ofreció a los responsables del sector la posibilidad de prolongar el periodo de concesión de ayudas estatales con arreglo a la misma dotación de 100 millones de euros. La respuesta fue un «no» rotundo. La industria del motor se decantó por la distribución de los incentivos actual. Cada vehículo registrado recibe una asignación directa con cargo al Ministerio de Industria (500 euros), fabricantes (1.000 euros) y las comunidades autónomas adscritas (500 euros). La propuesta de Industria, por tanto, sólo afectaba al tramo de ayudas que concede el Gobierno. Desde aquel momento, el plan se desarrolló con la amenaza constante de su extinción prematura. El grueso del plan 2000E ya se ha agotado; como anunció Sebastián en el pleno del Congreso, particulares y empresas han consumido el 75% del presupuesto consignado. Sólo resta el prorrateo que se asigna a los concesionarios en función de las ventas efectuadas, los coletazos de un programa de incentivos que entre los últimos días de abril y mayo pasará a mejor vida. Antonio Romero-Haupold, presidente de Faconauto, señala que la «única postura» que cabe defender es la de la asignación de 1.200 euros por vehículo, «al igual que sucedía en el modelo alemán», para lo cual era indispensable la aportación más cuantiosa del Gobierno. «Lo que no queríamos era un modelo en el que existiera fragmentación entre la asignación autonómica, estatal y la de los fabricantes y que, al final, todo lo pusieran los concesionarios». A pesar de que Zapatero se mostró dispuesto a negociar una prórroga del plan a petición de CiU, las declaraciones de Sebastián, que ha subrayado reiteradamente que «no es intención del Gobierno renovar el Plan 2000E», disipan toda esperanza para la industria del automóvil. «Si nos atenemos a las declaraciones oficiales por parte del Gobierno las perspectivas no son muy alentadoras», lamenta Juan Antonio Sánchez Torres, presidente de Ganvam. El Ministerio se justifica con el argumento de que si se prorrogaran las ayudas el descuento se convertiría en estructural y gradualmente se incorporaría a los precios. El grueso del plan 2000E ya se ha agotado .Fuente: ABC