30 de junio, Día Mundial de las Redes Sociales
En los últimos 10 años, el número de jóvenes que son adictos a las pantallas ha aumentado significativamente debido, entre otras causas, a un acceso temprano a los dispositivos, a la falta de supervisión parental y a un aumento de aplicaciones que ofrecen contenido personalizado. En el marco del Día Mundial de las Redes Sociales, que se celebra el 30 de junio, el experto en salud mental infanto-juvenil, Jesús Villanueva, psicólogo sanitario y subdirector de la clínica RECURRA-GINSO, busca concienciar sobre los peligros asociados al uso y abuso de las nuevas tecnologías en la adolescencia.
Según la guía de buen uso de las nuevas tecnologías impulsada por RECURRA-GINSO en colaboración con la Consejería de Familia, Juventud y Política Social de la Comunidad de Madrid, aproximadamente el 70 % de los menores tiene su primer móvil entre los 10 y 15 años y se estima que la primera interacción se da a los 6 años a través de los dispositivos de los padres.
El principal problema que presentan las redes sociales es que compiten directamente con actividades como el deporte, las relaciones interpersonales, la vida familiar o las tareas del día a día. Además, exponen a los menores a peligros como la interconectividad con desconocidos o la aparición de contenido para adultos. “Las redes sociales están diseñadas para un público adulto y maduro, por eso suponen un peligro para los menores, ya que en ellas se muestra una realidad perfecta en base a los gustos de los usuarios, pudiendo provocar un desinterés en la vida real”, explica Jesús Villanueva. “Según estudios recientes, un 20 % de los menores de 8 años reconoce haber visto pornografía a través de redes sociales o videojuegos. Aunque el contenido pornográfico aparece de manera espontánea, es un grave peligro ya que los jóvenes se suelen sentir violentos e intimidados”, añade.
Entre las principales consecuencias del abuso de las redes sociales en la adolescencia se encuentra la dificultad para desarrollar habilidades cognitivas básicas como la concentración, la paciencia y la tolerancia a la frustración. Además, el uso excesivo de pantallas en menores genera insatisfacción, inconformismo e intolerancia a la imperfección, llegando a repercutir en sus relaciones interpersonales. “En los últimos años hemos observado que la edad media de los menores adictos a las pantallas se sitúa en los 12 años. No obstante, no existe un perfil claro de los adolescentes adictos a las pantallas, aunque los jóvenes que son más impulsivos pueden tener mayor riesgo de sufrir esta adicción”, declara Jesús Villanueva.
Consejos sobre prevención de adicciones a las nuevas tecnologías
Para poder identificar si un menor hace un buen uso de las pantallas hay que tener en cuenta tres factores: el tiempo que dedica a estar con el dispositivo, el tipo de respuesta que da cuando está separado de él y cómo afecta su uso al resto de áreas (dormir, comer, actividades deportivas e ir al colegio).
Según los expertos, todos los menores de 12 años deben estar acompañados, guiados y supervisados por un adulto durante la utilización de las pantallas con el fin de potenciar un buen uso que favorezca su desarrollo y que complemente los conocimientos adquiridos en la escuela y la familia.
Una vez superada esta edad, y siempre que el joven demuestre madurez y desempeño, la supervisión podrá ser menor, hasta llegados los 16 años, que podrá ser autónomo siempre y cuando se muestre responsable en el uso del dispositivo.
En el caso de que el adolescente muestre signos de adicción al dispositivo, es imprescindible que los padres se comuniquen con él para intentar buscar una solución al problema. Si esto no fuera posible, es recomendable que se contacte con un profesional para que la adicción pueda tratarse lo antes posible. “Actualmente, el sistema nacional de salud pone a disposición algunos recursos para menores que son adictos a las nuevas tecnologías, aún así todavía son insuficientes. Por ello, existen centros privados como hospitales de día, terapias ambulatorias o centros terapéuticos donde se tratan específicamente este tipo de adicciones”, añade Jesús Villanueva.
Para asesorar y apoyar a las familias en cuestiones relacionadas con la infancia, como es la adicción a dispositivos móviles, RECURRA-GINSO pone a disposición el teléfono gratuito 900 65 65 65.
Sobre GINSO
La Asociación para la Gestión de la Integración Social GINSO nace en 2001 con el objetivo de promover e
impulsar la integración social creando oportunidades para menores y jóvenes. En este tiempo, la asociación ha atendido a más de 40.000 jóvenes en sus centros de internamiento de Menores Infractores y centros de medio abierto, salud mental y de día, con el apoyo de un equipo especializado de más de 850 profesionales,
convirtiéndolo en un referente a nivel nacional que colabora de forma habitual con distintas Administraciones Públicas. GINSO desarrolla programas innovadores de prevención e intervención desde la actividad de investigación y desarrollo de estudios, para ejercer una labor social de manera responsable y teniendo como primer criterio de actuación “el interés superior del menor”. Su prioridad es promover sociedades seguras, inclusivas y en igualdad de oportunidades.
Desde GINSO gestionan recursos destinados al proceso de reeducación e inserción social y laboral en distintas Comunidades Autónomas, atendiendo de forma integral todas las necesidades a nivel formativo, asistencial, ocupacional y de ocio. Además, dan respuesta al cuidado de la salud mental infanto-juvenil a través de su programa especializado Recurra Ginso: atención ambulatoria, hospital de día y residencial.
También trabajan la prevención en el ámbito educativo fomentando el respeto, la empatía y la aceptación propia y la del otro, en los centros escolares.