Cuando España, por fin, decidió llamar a consultas al embajador británico, parecía que el hostigamiento de la Royal Navy contra la Guardia Civil en el Estrecho, en la zona de Gibraltar, iba a terminar. Se consideró que las prácticas de tiro contra la bandera nacional en aguas españolas no tendrían ya continuidad. Pero no fue un punto y final, sino un punto y seguido.
La campaña se ha multiplicado de nuevo. Se ha tenido acceso a las notificaciones de la Guardia Civil sobre al menos media docena de incidentes registrados en las últimas semanas. El último se produjo el pasado 26 de febrero.
FUENTE DIARIO EL MUNDO