Algeciras quiere seguir soñando con la disputa del segundo playoff consecutivo y, para ello, logró una victoria de oficio, de esas que a principio de temporada no llegaban, ante un San Fernando que no supo remontar los dos tantos visitantes del primer tiempo y ya encadena tres derrotas consecutivas.
Locales y visitantes fueron fieles a sus principios y comenzaron el duelo sin ningún ánimo de especular. Por mucho que estos equipos se estén jugando, su fútbol a veces suicida es lo que más les acerca a la victoria. Entre ataque local que la afición isleña jaleaba y ataque visitante que los más de ochocientos desplazados algecireños celebraban, los minutos pasaban sin que alguno de los dos pudiera cantar un gol.
Y es que los planes ofensivos de unos y otros parecían, a priori, algo equivocados. Los de Castro vivían de un balón largo a Ferrón que la defensa algecirista cortaba sin problemas, mientras que los de Ania pensaron que colgar balones a Álvaro Romero y sus centímetros era una buena idea. Sucede que el plan algecireño tenía su razón de ser. En uno de estos balones colgados, la defensa del San Fernando, muy dada a despejar mal, dejó un balón muerto que enganchó Borja Fernández con una notable volea en el 15’. Primer escalón subido por los de la Bahía.
Y para subir el segundo sólo hubo que esperar unos minutos. Mariano cabeceó un saque de esquina, sólo en el área pequeña, sin saltar y con cinco defensores rivales rodeándole en el 21’. Una jugada defensiva del San Fernando que da el por qué los de Castro se cayeron de la lucha por la promoción y ahora huyen del descenso.
Ya repuestos de los dos zarpazos visitantes, los locales mostraron su mejor fútbol en el primer acto con un Biabiany inspirado que fue una pesadilla para Tomás Sánchez. Ferrón tuvo dos ocasiones claras que no encontraron premio: primero, el delantero, natural de Algeciras, no enganchó un pase de la muerte del siete isleño; después, Figueras le privó del gol metiendo la puntita de la bota cuando ya iba a rematar sólo.
Cuando el árbitro decretó el paso por los vestuarios, la mala fortuna del San Fernando de cara a gol y un enorme Pol Tristán dejó el marcador con el 0-2.
El segundo acto trajo, como no podía ser de otra manera, un San Fernando mucho más intenso y volcado en el área del Algeciras. Biabiany, cacique del peligro isleño, estuvo acompañado por el navarro Rodrigo Sanz en la busca de un gol local que pusiese a los suyos más cerca de la remontada.
Sin embargo, los de Ania se han puesto las botas en lo que a defender se refiere en las últimas jornadas. Ya en el anterior duelo, dejaron la portería a cero ante el Sevilla Atlético y en estas, el muro algecireño no mostró ninguna grieta por mucho que el técnico isleño quemase todas las naves con la entrada de todos sus delanteros del banquillo y colocar a Rafa Páez de ariete. Otra portería a cero, otra muestra de una enorme capacidad ofensiva y empatados a puntos con el Baleares, equipo que cierra la fase de ascenso y que solo el goal average pone por encima de los algeciristas.
El San Fernando, por su parte, encadena otra jornada sin conocer la victoria y ha pasado de mirar el playoff con ojos golosos a sufrir por sumar un punto que certifique la salvación.
