Tras 32 días de huelga de hambre, Haidar abandonó ayer mismo la UVI, donde había ingresado por su delicado estado de salud, al alcanzar un acuerdo con el Gobierno español para viajar a su ciudad en un avión que puso a su disposición.
El entorno de la activista aseguró anoche que el acuerdo entre España, Francia y Marruecos que posibilitaba su regreso se había alcanzado sin las condiciones impuestas por parte de Rabat. El Gobierno marroquí exigía que Haidar pidiera perdón al rey Mohamed VI para devolverle su pasaporte, algo que Haidar -que también rechazó el pasaporte español-, se negó a aceptar.
Las presiones de EE UU y de la UE al Gobierno marroquí habrían resultado clave en la resolución del conflicto.