Donde hay cultura no hay violencia. Por: Ángel Luis Jiménez

El pasado día 13 de octubre asistí a la reunión del Ayuntamiento de Algeciras para reactivar la Comisión de la Zona Sur, antes denominada Mesa de El Saladillo, debido a las dos muertes violentas sucedidas en La Piñera y El Saladillo.

En la reunión una veintena de colectivo sociales y vecinales asistentes reflexionamos sobre estas muertes violentas y la necesidad de activar la Zona de Especial Singularidad, anunciada como propuesta tras la reunión municipal con los sindicatos policiales, junto con un refuerzo de las acciones sociales.

Esta situación no era una situación nueva, sino ya existente y denunciada en los medios dado el abandono de la zona, la exclusión social y el tráfico constante de drogas. Y que para transformar esta realidad era necesario más seguridad y mucha sociabilización.

No tiene consistencia seguir argumentando por el Ayuntamiento que los hechos no tienen relación entre ellos y que son producidos por mafias que vienen de fuera, que están desequilibrando la zona, cuando las mafias están aquí y tienen nombre y apellidos.

Además, no se puede desequilibrar lo que ya está desequilibrado laboral, cultural y socialmente, porque no hay dialogo social y vecinal, ni los servicios necesarios en estas barriadas por la dejadez de las administraciones, especialmente nuestro Ayuntamiento.

Hoy en mi artículo semanal quiero hablar del aspecto cultural, porque donde hay cultura no hay violencia. No hay mejor herramienta dinamizadora que la cultura para estas situaciones de violencia. 

Pero cómo se puede hacer cultura cuando la única biblioteca municipal de la zona tiene cerrada su actividad por falta de personal. Para atender esta biblioteca el Ayuntamiento tendría que cerrar la de la zona Centro, porque solo hay cuatro funcionarios en todo el Ayuntamiento para este servicio municipal.

Siempre recordaré lo que decía el escritor Ray Bradbury sobre el por qué había escrito Fahrenheit 451 en la biblioteca universitaria de Los Ángeles, “entre los estantes, perdido de amor, volviendo páginas, tocándolas”, estaba horrorizado por las soflamas anticomunistas de la época del senador McCarthy.

Ante lo violento o perturbador, no sirve el eufemismo, el escondite o echarle la culpa al otro. Encubrir la realidad como está ocurriendo en la zona sur implica sobrevalorar los poderes purificadores del silencio y confiar en la ignorancia como talismán protector es puro pensamiento mágico.

En el siglo III a.C., mientras Alejandría intentaba reunir el conjunto de los libros del mundo, el emperador chino Shi Huangdi ordenó destruirlos todos. Además, prohibió mencionar la muerte, persiguiendo la inmortalidad por elipsis. Aquí la muerte no existe o son ajenas para los que tendrían que poner remedio a tanta violencia, droga y abandono.

Para evitar estas clandestinidades e indigestiones existen las bibliotecas, zonas de promiscuidad que algunos quisieran cinceladas a su imagen y semejanza. Pero no pueden ni saben cómo hacerlas desaparecer. Todavía me acuerdo de un personaje de la serie The Wire, el respetado Brother Mouzone, que decía: “¿Sabes qué es lo más peligroso en América? Un negro con una tarjeta de biblioteca”. Espero que nadie diga lo mismo de un joven del Saladillo que lea libros. 

Las bibliotecas son lugares de resistencia. En Algeciras hay una sola para más de 100.000 habitantes. En una biblioteca todo el mundo es bien recibido y acogido. Este asombroso logro es fruto de un camino lleno de recovecos. Nunca fueron refugios tranquilos, sino asediados territorios de las grandes ciudades.

Porque con intolerable osadía, las bibliotecas públicas cobijan en su silencio la algarabía de las innumerables voces. Proponen un pacto que protege todas las disidencias, donde se respeta nuestro derecho a elegir lo que leemos, y, por supuesto, no se impone qué libros deben leer los demás. Y, sobre todo, no es un sitio que pueda, ni deba estar cerrado.

3 comentarios

  1. Bueno…..cultura…..vale…..yo más bien diría educación y buen ejemplo (cosa que hace mucho desaparecio) en una sociedad donde prima el tener bienes materiales y poca o ninguna moralidad convence tu a ciertos personajes que se busquen un trabajo aguanten carretas y carretónes para tener un utilitario y llegar a fin de mes juntitos….si llegan….mientras metidos en esos clanes o trabajando para ellos viven como reyes con la ley del mínimo esfuerzo…..si además los consideramos víctimas pues viva la pepa….a por cierto los que asesoran y blanquear tienen mucha cultura(abogados banqueros asesores financieros ect) pero poca moralidad…..no creo que el problema sea la cultura sino la estupidez…la nuestra por no darle a cada uno lo que realmente merece

  2. ¿Puede señalar el editorialista siniestro algún país, dónde prime su ideología y la cultura?. Es un demagogo lacayo siniestro al servicio de los que han desterrado los valores morales del mundo occidental para sustituirlos por el vacío moral y sin respeto a nada ni a nadie y si además llenas el país de personas sin escrúpulos y nada que perder; la convivencia resulta imposible como debería saber que está pasando en Barcelona y otras ciudades; gracias a su alcaldesa y el gobierno golpista separatista corrupto, ladrón y siniestro, que tienen allí.

  3. Menuda chorrada de titular, que tendrá que ver una cosa con la otra, Robespierre culto donde los haya lideró el conocido como reino del terror y cortó entre 20.000 y 40.000 cabezas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *